Cuando las personas se exponen al sol y a las altas temperaturas pueden presentar distintas manifestaciones como fatiga, dolor de cabeza, taquicardia, náuseas, quemaduras, entre otras, generadas principalmente por la deshidratación y la radiación UV a la que se exponen, sin filtro solar. Para evitar lo anterior, te entregamos algunas recomendaciones:
Cuida tu piel de los rayos del sol
En todas las edades, pero especialmente en bebés y niños, que poseen piel más sensible. Evita la exposición a los rayos del sol desde las 12.00 a las 16.00 horas, cuando éstos tienen su máxima intensidad.
Usa protector solar, todos los días
Utiliza un filtro adecuado a tu edad y tipo de piel, idealmente sobre factor 30 y vuelve a aplicar cada 2 horas. También utiliza lentes de sol con filtro UV y sombrero para proteger la vista y la cabeza.
Bebe abundante agua
Según la recomendación de los médicos, se deben beber unos dos litros de agua al día para una buena hidratación, más aún en temporadas calurosas.
Evita las infecciones veraniegas
Cuando acudimos a la piscina o a la playa, estamos expuestos a infecciones de oído (otitis), hongos o resfriados de verano. Por ello utiliza bañadores secos de recambio y evita permanecer con la ropa húmeda. Además, se debe mantener la higiene personal diaria con un mayor cuidado.
Cuida tu alimentación
Incrementa la ingesta de frutas y verduras. Lava bien los alimentos frescos antes de consumirlos; mantén los productos refrigerados y lava tus manos previo a comer o manipular alimentos.
Practica ejercicio moderado y adaptado a la temperatura
Evita practicar deporte en las horas centrales del día. Lo ideal es que sea por la mañana o cuando cae la tarde; hidrátate correctamente y evita la exposición directa al sol.
Cuidado con las picaduras de mosquitos u otros insectos
Sobre todo en zonas húmedas y calurosas. Para prevenir sus picaduras, se recomienda la aplicación de lociones “anti mosquitos”.