Como en una película de acción, en nuestro cuerpo existen dos antagonistas muy especiales. El colesterol conocido como ‘bueno’ o HDL y el ‘malo’ o LDL.
El primero, tiene como función principal trasladar el colesterol de las arterias hacia el hígado para que sea eliminado. Algunas investigaciones afirman que el tabaquismo puede reducir el colesterol bueno.
El segundo, lleva el colesterol desde el hígado hasta los tejidos corporales. Si hay un exceso de este colesterol, la persona está propensa a la aparición de enfermedades cardiovasculares.
¿Cómo podemos combatirlo?
Seguir una vida sana, practicar ejercicio y realizar un control médico periódicamente es esencial para prevenir las consecuencias de tener niveles altos de colesterol. Un correcto seguimiento y una dieta equilibrada permiten controlar sus niveles en la sangre.
¿Cuáles son los síntomas de colesterol alto?
Generalmente, tener el colesterol alto no ocasiona síntomas, ya que es más bien una afección silenciosa. Sin embargo, existen algunas señales que nos pueden ayudar a detectar que los niveles no están en los límites correctos:
- Hinchazón de las extremidades
- Boca seca y halitosis
- Pesadez en el estómago e indigestión
- Dificultades en el ritmo intestinal
- Aparición de urticaria
- Dolor en el pecho
- Dolor de cabeza
- Visión borrosa
- Agitación al moverse o hacer deporte
- Pérdida de equilibrio
El colesterol es una de las grasas presentes en el organismo. Su nivel en la sangre depende de su fabricación en el hígado y, en menor medida, del tipo de grasas que se ingieren en los alimentos. También existen enfermedades que lo elevan como la diabetes, enfermedad renal, el síndrome ovárico poliquístico o la glándula tiroides hipoactiva (Pincha aquí para ver dietas que ayudan a disminuir el colesterol)
Cuando los niveles en sangre están por encima de los 240 mg/dl indican que padece hipercolesterolemia, lo que multiplica el riesgo de sufrir un infarto de miocardio frente a aquellas personas que lo mantienen en cifras inferiores a 200 mg/dl.